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Dos tuberías sumergidas en la bahía llevan agua potable a 275 familias de las comunidades de la isla La Pirraya y Rancho Viejo, en Usulután

Las 275 familias de las islas La Pirraya y Rancho Viejo, pertenecientes al municipio de San Dionisio, en Usulután, cuentan a partir de ahora con agua potable gracias a la colocación de dos tuberías sumergidas en la bahía, que permiten transportar el agua bombeada desde un pozo ubicado a cuatro kilómetros de la costa.

Por primera vez en el país, miembros de la comunidad recibieron cursos de buceo para la instalación de estas tuberías de polietileno de alta densidad de cuatro pulgadas, que se anclaron al fondo de la bahía con bloques de concreto de 40kg cada dos metros, para ser resguardadas de las corrientes marinas.

Miembros de las comunidades realizaron curso de buceo para la instalación de las tuberías.
Miembros de las comunidades realizaron curso de buceo para la instalación de las tuberías.

 

La infraestructura fue inaugurada hoy por el Embajador de España en El Salvador, José Javier Gómez-Llera, quien destacó el apoyo de la Alcaldía de San Dioniosio, “que gracias a su aportación permitió la ampliación del proyecto a más beneficiarios; la valentía de SABES, por atreverse y por conseguir solventar los problemas y hallar una solución técnica puntera en el país; la ayuda de la ONG española PAZ CON DIGNIDAD; que todos juntos se ganaron la confianza de la cooperación española”.

También estuvieron presentes, el alcalde de San Dionisio, Julio Alberto Torres; el coordinador general de la Cooperación Española en El Salvador, Ignacio Nicolau; la representante de Paz con Dignidad, Juana Jiménez; el representante de SABES, Luis Boigues; la representante de la comunidad isla La Pirraya, Elena Cristabel Flores; y el representante de la Comunidad isla Rancho Viejo, José Salardo Yanes.

La iniciativa fue posible gracias al apoyo de la Alcaldía de San Dionisio, SABES, Paz con Dignidad y la ayuda de la AECID, a través de una convocatoria de proyectos.
La iniciativa fue posible gracias al apoyo de la Alcaldía de San Dionisio, SABES, Paz con Dignidad y la ayuda de la AECID, a través de una convocatoria de proyectos.

 

El pozo fue perforado por la Alcaldía de San Dionisio, a 68 metros de profundidad y con un caudal de 200 galones por minuto (doce litros por segundo). Del pozo, sale una tubería de cuatro pulgadas que se extiende cuatro kilómetros hasta llegar a la costa. Allí se entierra en la manglera durante seis kilómetros antes de alcanzar la bahía, donde la cruza en dos líneas, una para La Pirraya, de un kilómetro y medio, y otra hacia Rancho Viejo de un kilómetro. En total, 13,4 kilómetros de tuberías.

Con la inauguración del proyecto, las personas de la isla dejarán de realizar los viajes a Puerto Parada para abastecerse del agua que transportaban en lanchas con un costo adicional de 50 centavos de dólar por depósito de 20 litros transportado. La llegada del agua también tendrá repercusión en la mejora de la salud de las personas, puesto que dejarán de utilizar los pozos de agua salobre que provoca la aparición de enfermedades renales y en la piel.

La infraestructura ha sido posible gracias al trabajo de las comunidades de las islas, la Alcaldía de San Dionisio y la ONG SABES (Saneamiento Básico y Educación Sanitaria), que recibió el apoyo y financiación de la ONG española Paz con Dignidad y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). El proyecto tuvo un costo total de 626,506 dólares (la mitad aportada por AECID y el resto por la Alcaldía de San Dionisio y las comunidades participantes).

Las familias de los caseríos Hacienda Vieja, Punta Arena y Centro del Cantón San Sebastián, ubicado en Isla La Pirraya, y las familias de la isla Rancho Viejo trabajaron largas jornadas para poder tener acceso al agua. A partir de ahora, el pago se hará en bloques de consumo con una tarifa fija inicial de diez dólares y luego según consumo.
Mediante las actividades previstas en el proyecto, también se ha fortalecido la organización comunitaria, con la creación, asistencia técnica y capacitación de un Comité de Agua, que se encargará de la gestión posterior del sistema. También se introducirán medidas para la protección del medio ambiente a través de prácticas de higiene básica en viviendas y el entorno comunitario, ya que las islas forman parte de La Bahía de Jiquilisco, una zona de importancia ambiental importante para El Salvador y la región Centroamericana.

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